Desde muy pequeños, estamos aprendiendo, y aprender es de las actividades que jamás dejaremos de realizar, aun sin ser conscientes de ello, incluso cuando ya gestionamos nuestro propio negocio.
Hoy vamos a poner el foco en Des aprender, algo que nos cuesta, porque los hábitos, al activarse automáticamente, nos permiten realizar tareas sin dedicarle una atención plena ni pensamientos expresos, pero esta misma característica nos convierte en resistentes al cambio. ¡¡¡Pero se puede!!!
No debemos adaptarnos y aceptar que nuestras creencias y hábitos antiguos, deben venir con nosotros de por vida.
Hemos estado expuestos a frases y refranes durante mucho años, escuchándolos de la boca de personas muy influyentes para nosotros, que con su mejor fe, nos han compartido al igual que sus antepasados lo hicieron con ellos, pero que como el hábito de darnos la mano para cruzar la calle cuando teníamos 3 añitos, ya no nos vale con 30, 40 o 50 años.
Vamos a replantearnos nuestra propias creencias, así que vamos a parar para reparar, vamos a reflexionar sobre cuantas y cuáles de nuestras creencias nos están haciendo bien y cuáles no, para ir disminuyendo progresivamente la probabilidad de repetirlas.
Te invito a ser consciente de esos aprendizajes, que no nos hacen bien y ponerlos por escrito, hacer un listado de aquellos que queremos cambiar, para después proporcionarles una alternativa positiva, que llevaremos a la práctica para que nos hagan más agradable nuestro día a día.
Pasemos a ver alguna de esas reflexiones que no me hicieron bien escuchar en mi infancia y que interioricé en mi vida, para después ir modificando poco a poco en mi proceso de gestionar mi negocio, te pongo aquí algunos ejemplos en positivo contrarios a lo aprendido, que siento puede sumarnos más que restarnos…
Positivo Versus Negativo:
Piensa bien y acertarás – VS – Piensa mal y acertaras.
Que hubiera sido de nosotros si en nuestro disco duro hubiéramos tenido esta frase más optimista, en cuantas ocasiones hubiéramos puesto más atención en lo positivo que en lo negativo y por tanto, cuantas cosas hubiéramos dejado de “creer” y por tanto “crear” en nuestra realidad, nos hubiera evitado haber perdido mucho tiempo de paz por un resultado que, independientemente de una u otra opción tomada, siempre termina siendo lo que tiene que ser, pero al menos en el trayecto no hemos estado constantemente preocupados y recuerda “Preocuparse es rezar para que suceda lo que no quieres”
Mal de muchos consuelo de todos – VS – Mal de mucho consuelo de tontos.
Cuanto bien nos hubiera hecho mirar a nuestro alrededor y darnos cuenta que en comparación con otros procesos ajenos, el nuestro es suficiente para estar agradecidos y sentirnos más que afortunados.
Deja algo para mañana, hoy el día está suficientemente cargado – VS – No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
Nos hubiéramos evitado sobrecargar y estresar a veces nuestro día, queriendo hacer más y más cosas, con esa sensación interna de que nunca es suficiente, nos hubiera permitido mantener un mayor equilibrio mental y emocional en nuestra vida y haber vuelto antes a casa para disfrutar de los que amamos.
Las cosas nunca son lo que parecen – VS – Si el río suena agua lleva
Esta nos ha hecho pre-juzgar en infinitas ocasiones, saltándonos a la torera la presunción de inocencia, dando por hecho cosas que luego en la mayoría de los casos no han sido lo que parecían.
Ayudémonos los unos a los otros – VS – Que cada palo aguante su vela
Nos hubiera echo interiorizar conscientemente la necesidad de colaborar, cooperar y generar sinergias con los que nos rodean, para confirmar que si yo hago lo que tú no puedes y tú haces lo que yo no puedo, juntos podemos hacer grandes cosas.
Es cuestión de práctica, es cuestión de ir poco a poco modificando nuestro vocabulario, desaprendamos aquello que en la actualidad ya nos sobra y no nos hace bien e introduzcamos nuevas palabras y frases que sumen y nos hagan la vida mejor.
No perdamos de vista que el timón somos nosotros, nosotros dirigimos el rumbo, por tanto no dejemos que nos ganen la batalla, esos hábitos antiguos y caducos, seamos conscientes de ellos, para enumerarlos y sustituirlos por otros más beneficiosos para nosotros.
Tengamos predisposición al cambio, una actitud abierta, seamos constantes y perseveremos en cambiar y mejorar lo que sentimos, lo que pensamos, hacemos y decimos, eso nos hará bien a nosotros y a nuestro negocio.
Des aprendamos para no caer en esperar resultados distintos, si nuestras creencias y hábitos son los mismos, en muchos casos el cambio puede tardar 21 días o más, pero te servirá para toda la Vida.